Un potente sismo submarino de magnitud 8.8 se registró la mañana del miércoles 30 de julio (hora local japonesa) frente a las costas del sur de la península de Kamchatka, en Rusia, generando alertas de tsunami en diversos países del océano Pacífico, incluyendo Japón, Hawái y Alaska.

La Agencia Meteorológica de Japón (JMA) informó que el movimiento telúrico ocurrió a las 8:25 horas, con una magnitud preliminar de 8.0, la cual fue corregida primero a 8.7 y luego a 8.8. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el epicentro se ubicó a una profundidad de aproximadamente 18.2 kilómetros bajo el lecho marino.

A pesar de su gran intensidad, el temblor tuvo un impacto moderado en territorio japonés, donde apenas se percibió con fuerza en algunas zonas del norte. En la isla de Hokkaido, las ciudades de Kushiro, Akkeshi, Shibetsu y Betsukai reportaron un nivel 2 en la escala sísmica japonesa —que va del 1 al 7 y mide el nivel de sacudida en superficie—, lo que representa una sensación leve sin daños estructurales.

Sin embargo, las autoridades japonesas emitieron una alerta de tsunami con olas de hasta 3 metros para varias zonas costeras del país. Se ordenaron evacuaciones preventivas en áreas del sureste y sur de Hokkaido, así como en las prefecturas de Aomori, Iwate, Miyagi, Fukushima, Ibaraki, Chiba, Kanagawa, Shizuoka, Mie y Wakayama, abarcando desde el noreste hasta el centro de Japón.

Además, las bahías de Tokio y Osaka, donde actualmente se celebra la Exposición Universal, permanecen bajo aviso de tsunami de hasta un metro. También se encuentran en vigilancia las islas de Shikoku, Kyushu y Okinawa, ubicadas en el oeste y sudoeste del archipiélago japonés.

Las autoridades continúan monitoreando el comportamiento del mar y han exhortado a la población en zonas costeras a mantenerse alerta y seguir las indicaciones de evacuación. Hasta el momento, no se han reportado daños ni víctimas, pero la situación se considera de alto riesgo, dada la magnitud del evento y el potencial de oleajes posteriores.