Todo comienza en un camino árido. Para llegar a la cervecería de Meoqui, de Heineken, hay que atravesar un desierto que la separa de la capital de Chihuahua. Ahí, en medio de un oasis bordeado de áridas montañas, está la más eficiente planta de esta firma holandesa, en lo tocante a manejo del agua. No es sólo la mejor de sus plantas a nivel mundial, sino también de toda la industria, pues usa sólo 1.9 litros de agua por cada litro de cerveza. Eso la vuelve la joya del grupo en sustentabilidad, y clave para reducir su consumo en otros lugares. 

Con la sequía por la que pasa Monterrey, las cerveceras y refresqueras ha sido puestas bajo la lupa y se les ha cuestionado la cantidad de líquido que utilizan en sus procesos. Para la cervecera que es encabezada por Guillaume Duverdier, éste es un tema que, desde hace años, los ocupa. 

¿La razón? El 95% de una cerveza es agua; además, a nivel mundial, al menos 30 de las plantas de Heineken se ubican en zonas consideradas “de estrés hídrico”, cinco de las cuales están en la República Mexicana, según su “Reporte de Sustentabilidad 2020”. 

La vicepresidenta de Asuntos Corporativos de la empresa, Mónica Bichara, asegura que la gestión de temas de administración de agua es algo que la cervecera hace desde hace años, ya que, dentro de su programa de sustentabilidad, sigue siendo un tema fundamental devolver el líquido a las cuencas, así como reducir su consumo. 

Y es que México es el cuarto productor de cerveza a nivel mundial. Tan sólo el año pasado, se elaboraron 134.7 millones de hectolitros, un 13.5% más que en 2020, alcanzando un récord histórico, únicamente por detrás de China, Estados Unidos y Brasil; sin embargo, desde 2010 se mantiene como el principal exportador en el mundo. Para Heineken, el país también es sumamente relevante y estratégico. Tan solo en 2021, lograron crecer por encima del mercado, aunque en su portafolios premium el aumento fue de 30%, de acuerdo con su reporte financiero. Además, tan sólo en 2022, anunciaron inversiones por 2,467 millones de pesos (mdp), de los cuales 677 mdp se destinan a incrementar la capacidad de envasado en su planta de Toluca; y los 1,800 mdp restantes, a una factoría de latas en Chihuahua. 

No obstante, en los planes de Heineken no nada más se prevé el incremento de su producción y participación; también ha puesto el ojo en el tema del agua, ya que cinco de sus siete plantas en territorio nacional se ubican en zonas de estrés hídrico. 

Mónica Bichara afirma que la empresa tiene claro cuáles de sus plantas cerveceras se hallan en zonas de estrés hídrico, por lo que han trabajado para lograr un balance cero en cuatro de cinco de esas cervecerías (Guadalajara Monterrey, Navojoa y Tecate), es decir, que todo el líquido que utilizan lo regresan a los mantos acuíferos. En Meoqui se pretende alcanzar ese mismo equilibrio para 2025. 

“Balancear es básicamente, bajo rigurosos estándares internacionales, hacer trabajos de reposición en temas de agua que equivalen a tu consumo. Se puede hacer de diferentes formas: a través de programas de agricultura sustentable o de programas masivos de reforestación, es decir, regenerar los acuíferos”, precisa la directiva. 

Inaugurada en febrero de 2018, Meoqui es, para el grupo, su joya en medio del desierto en materia de sustentabilidad y de eficiencia en el uso de agua a nivel mundial, con sólo 1.9 litros por litro de cerveza, por debajo de los 2.5 en promedio de todas sus operaciones en territorio nacional y también de las plantas de la holandesa en el resto del mundo, donde la cifra, hasta 2020, era de 2.8 litros de agua por litro de cerveza producida y, para cervecerías en zonas con escasez de agua, 3.2 litros. 

El director general de la planta de Meoqui, Eusebio Reynoso, destaca que el complejo que encabeza no sólo es el más nuevo, también es un ejemplo en materia de economía circular, ya que, por ejemplo, no genera desechos y todos los subproductos tienen un uso secundario. Además. se busca reducir sus emisiones de CO2 un 100% para 2030. 

También cuenta con su propia planta de tratamiento de aguas residuales, donde, además, genera biogás, que se utiliza en sus calderas para aportar energía térmica. Pero su máximo orgullo es su cuidado del líquido. 

A nivel mundial, el promedio de uso de agua se ubica entre cuatro y seis litros por cada litro de cerveza; mientras que en México, se utilizan, en promedio, 2.6 litros de agua por cada litro de cerveza producida, de acuerdo con Cerveceros de México. 

“Lo que nos tiene mucho más orgullosos en Meoqui es nuestro cuidado del agua. Cuando la industria a nivel internacional usa, en promedio, cuatro litros de agua por litro de cerveza, en México somos el grupo con menor consumo de agua: 2.5 litros por cada litro de cerveza. Y Meoqui, a través de las tecnologías y procesos que tenemos, hoy en día tiene un promedio de 1.9”, resalta Reynoso. 

De hecho, dice que todo lo que hacen lo comparten con sus cervecerías hermanas de Heineken, para que puedan volver más eficientes sus procesos. 

En el caso de Monterrey, la empresa asegura que sus esfuerzos para reducir el consumo de agua se remontan también a varios años, y han bajado más del 30% su consumo del líquido en los últimos 10 años. Además, en junio se anunció la construcción de un pozo profundo que requerirá una inversión de 20 mdp, que, estima, va a estar proveyendo 100 litros por segundo para enfrentar la sequía. 

También generó un vivero en la cuenca de la capital regiomontana, gracias a la cooperación del Fondo Ambiental Metropolitano de Monterrey y otro, operado por mujeres locales, apoyadas por Amigos de Arteaga. También participó en la campaña de Fondos Concurrentes de Conafor para apoyar las acciones de mantenimiento y balanceo en la cuenca. 

Al respecto, la vicepresidenta de Asuntos Corporativos de Heineken, comentó que la cervecera está dispuesta a trabajar con las autoridades para hacer frente al problema de la falta de agua en Monterrey, para buscar una solución. 

“Siempre estamos dispuestos a dialogar, a entender las preocupaciones y buscar la solución en conjunto. Es importante que cualquier solución sea realmente algo que pueda aportar a la comunidad y que los efectos negativos puedan ser contenidos, asimismo, entre todos” afirma.