Desde el 20 de enero, cuando Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos, México ha recibido a un total de 13,455 personas deportadas, según informó la presidenta Claudia Sheinbaum en su conferencia de prensa matutina. De este total, 10,485 son mexicanos, mientras que 2,970 corresponden a extranjeros.

Sheinbaum explicó que, a pesar de la política migratoria más estricta en Estados Unidos, México ha mantenido un enfoque humanitario, aceptando también a personas no mexicanas. Las personas deportadas tienen la opción de decidir si desean quedarse en México o ser repatriadas a su país de origen, según lo estipulado por el gobierno mexicano.

Además, recordó que el gobierno de Estados Unidos, a través del secretario de Estado Marco Rubio, ha establecido acuerdos con países de Centroamérica para repatriar a personas directamente desde Estados Unidos, a través de vuelos a países como Guatemala y El Salvador. En respuesta, México continúa facilitando la integración de los deportados, como lo demuestra la creación de 391 números de seguridad social para connacionales y cerca de 500 contrataciones de mexicanos que regresan de Estados Unidos, como parte de un programa de colaboración con la iniciativa privada.

Las deportaciones masivas prometidas por Trump generan preocupación en México, especialmente por el impacto en las remesas, que representan casi el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.