Abraham Jauli cruza el Canal de la Mancha siguiendo los pasos de su padre

Actualidad29 de julio de 2025 Por Redacción
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Este 29 de julio, en punto de las 20:00 horas (tiempo de México), el nadador poblano Abraham Jauli Aguirre dio inicio a una de las pruebas más desafiantes de resistencia física y mental: el cruce a nado del Canal de la Mancha, una travesía de más de 33 kilómetros que conecta las costas de Inglaterra y Francia.

La hazaña no solo representa un reto deportivo de alto nivel —al enfrentar aguas con temperaturas entre 12 y 14 °C, corrientes cambiantes y sin el uso de trajes de neopreno—, sino también un acto profundamente simbólico y personal. Abraham, de 30 años, busca emular la proeza lograda por su padre, Salomón Jauli Dávila, quien en 1996 logró completar el mismo cruce, convirtiéndose en uno de los pocos mexicanos en hacerlo.

Casi tres décadas después, y a 15 años del fallecimiento de su padre, Abraham se lanza al mar desde Dover, Reino Unido, acompañado por su equipo técnico y familiares a bordo del bote Rowena, embarcación oficial de seguimiento autorizada por la Channel Swimming Association, organización encargada de regular este tipo de nados.

Durante dos años, Abraham se ha preparado de manera intensa para alcanzar esta meta. Su entrenamiento ha incluido sesiones en mar abierto, ejercicios de aclimatación al frío y cambios físicos como el aumento de grasa corporal, esenciales para resistir las bajas temperaturas del canal sin protección térmica adicional. Además, ha trabajado la parte mental, indispensable para enfrentar las largas horas de nado continuo en condiciones extremas.

El cruce del Canal de la Mancha es considerado uno de los mayores desafíos en la natación de aguas abiertas, comparable incluso a escalar el Everest. De lograrlo, Abraham se sumará al reducido grupo de nadadores mexicanos que han alcanzado esta meta, convirtiéndose además en el único poblano en repetir la travesía de su padre, consolidando así un legado familiar forjado en el agua, el esfuerzo y la perseverancia.

Más allá del resultado, la historia de Abraham Jauli Aguirre es un ejemplo de disciplina, determinación y amor por sus raíces. Es también un recordatorio de que los lazos familiares pueden cruzar fronteras, generaciones… y mares enteros.

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