Tras la explosión de una pipa de gas en Iztapalapa, solo uno de los cinco cachorros nacidos prematuramente logró sobrevivir: “Cerecito”, hijo de “Cereza”, una perrita que fue rescatada entre los escombros tras el incidente.

Ambos reciben atención veterinaria especializada y continúan en estado delicado, pero con signos positivos de recuperación. “Cereza” ha demostrado una notable resistencia pese al trauma, y “Cerecito” lucha por sobrevivir tras haber nacido en condiciones extremas.

Organizaciones de protección animal que colaboran en su cuidado han solicitado apoyo económico para cubrir los gastos médicos y de recuperación. La ayuda puede marcar la diferencia en la vida de estos dos sobrevivientes, símbolo de esperanza en medio de la tragedia.