La fiscal general de Puebla, Idamis Pastor Betancourt, frenó las versiones que apuntaban a una supuesta renuncia a su cargo. Ante cuestionamientos de la prensa, fue directa: “Son rumores”, dijo, sin profundizar en su origen, y confirmó con un rotundo “sí” que continúa al frente de la institución.

Las especulaciones crecieron tras una serie de ajustes internos en la Fiscalía, que incluyeron la salida de fiscales y trabajadores de áreas clave. Pastor Betancourt reconoció que algunos de ellos fueron contratados por su administración debido a su perfil profesional, aunque aclaró que no existía relación cercana con ninguno. Todos los exfuncionarios, añadió, serán investigados por posibles irregularidades.

Varios de los removidos provenían del Estado de México, donde ya arrastraban señalamientos por presuntos actos de tortura o mal manejo de carpetas. En Puebla, su paso fue breve: ninguno cumplió un año en funciones. Entre los casos que más polémica generaron figura la detención del empresario restaurantero Javier Millián, la cual habría sido utilizada para extorsionarlo.

Otro elemento que alimentó los rumores fue un reporte que indica que solo 36% de las carpetas de investigación abiertas en la entidad concluyen en imputaciones, cifra que abrió debate sobre el desempeño institucional.