El agua de lluvia ya no es potable ni en la Antártida

Ciencia y Tecnología 04 de agosto de 2022 Por MCE
Según las últimas directrices estadounidenses sobre el PFOA en el agua potable, el agua de lluvia de todo el mundo se consideraría insegura para beber.
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Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas de origen humano se propagan por la atmósfera y ya pueden encontrarse en el agua de lluvia y nieve incluso en los confines de la Tierra.

Los últimos 20 años, los valores orientativos de los PFAS en el agua potable, las aguas superficiales y los suelos han disminuido debido a los nuevos conocimientos sobre su toxicidad. Así, los niveles en los medios ambientales están ubicuamente por encima de los niveles guía.

“En los últimos 20 años se ha producido un asombroso descenso de los valores guía para los PFA en el agua potable. Por ejemplo, el valor de referencia del agua potable para una sustancia muy conocida de la clase de los PFA, el ácido perfluorooctanoico (PFOA), que provoca cáncer, ha disminuido en 37,5 millones de veces en los Estados Unidos“, afirma en un comunicado Ian Cousins, autor principal del estudio y profesor del Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Estocolmo.

Los PFA son un nombre colectivo para las sustancias alquílicas perfluoradas y polifluoradas o sustancias altamente fluoradas que tienen una estructura química similar. Todos los PFA son extremadamente persistentes en el medio ambiente o se descomponen en PFA extremadamente persistentes, lo que les ha valido el apodo de ‘sustancias químicas para siempre’.

Estas sustancias se han asociado a una amplia gama de daños graves para la salud, como el cáncer, los problemas de aprendizaje y comportamiento en los niños, la infertilidad y las complicaciones en el embarazo, el aumento del colesterol y los problemas del sistema inmunitario.

La doctora Jane Muncke, directora general de la Fundación del Foro de Envasado de Alimentos de Zúrich, que no ha participado en el trabajo, comenta que “no puede ser que unos pocos se beneficien económicamente mientras contaminan el agua potable de otros millones de personas, y causan graves problemas de salud. Las enormes cantidades que costará reducir los PFA en el agua potable a niveles seguros según los conocimientos científicos actuales deben ser pagadas por la industria que produce y utiliza estas sustancias químicas tóxicas. El momento de actuar es ahora”.

MCE

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