Descubren restos prehispánicos en el corazón de Izúcar de Matamoros

Durante trabajos de supervisión arqueológica en el Zócalo del municipio de Izúcar de Matamoros, en Puebla, especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) realizaron un hallazgo significativo que arroja nueva luz sobre la historia prehispánica de la región. El pasado 2 de abril, fueron localizadas cinco osamentas humanas, diez piezas cerámicas tipo cajete, y restos de lo que habría sido un horno y un fogón doméstico, fechados entre los años 900 y 1200 d.C.
El proyecto estuvo encabezado por la arqueóloga Martha Adriana Sáenz y el arqueólogo Carlos Cedillo, del Centro INAH Puebla, en colaboración con investigadores independientes como Marisol Yadira Cortés e Irvin Daniel Vásquez. Las excavaciones se centraron en tres pozos de sondeo ubicados en el área del kiosco central del Zócalo, revelando elementos clave que apuntan a la existencia de un asentamiento prehispánico.
Cedillo destacó que estos hallazgos podrían ampliar el conocimiento sobre la dinámica poblacional y cultural del valle de Izúcar en épocas anteriores al dominio mexica. “La investigación que se desprenderá de este proyecto ofrecerá nuevos datos sobre la región”, señaló, subrayando la importancia estratégica y agrícola del área durante la época prehispánica.
Por su parte, Sáenz señaló que las evidencias podrían estar vinculadas a poblaciones migratorias de origen tolteca y chichimeca, quienes habrían habitado la región antes del siglo XV. “Este tipo de vestigios abre la puerta para estudiar comunidades que precedieron a los mexicas en esta zona”, explicó.
Los restos humanos recuperados, dos en buen estado y tres sumamente deteriorados, pertenecieron probablemente a adultos, aunque aún no ha sido posible determinar su sexo. En cuanto a la cerámica encontrada, los expertos destacan su decoración con grecas y formas en “s” o en gajos que simulan calabazas, pintadas en tonalidades rojas, cafés, negras y anaranjadas.
Además de los entierros, el hallazgo de un tlecuil (fogón doméstico) con restos de ceniza y carbón sugiere que la zona fue parte de una unidad habitacional, proporcionando una mirada más cercana a la vida cotidiana de sus antiguos habitantes.
Con estos descubrimientos, el INAH reafirma la riqueza arqueológica del territorio poblano y la necesidad de continuar con investigaciones que profundicen en los procesos históricos que dieron forma a sus antiguas civilizaciones.