La tradición de la rosca de reyes no se detiene a pesar de la pandemia; pero se ha modificado en su elaboración.

Atrás quedaron las roscas tradicionales, hechas en los hornos de piedra o barro, esas roscas que tenían solamente tenían el muñequito de color blanco.

Para Miriam Durán de Pastelería Los Globos, la tradición de la Rosca de Reyes va evolucionando en su preparado, relleno, incluyendo el cambio del niño Dios por personajes de series o películas de ficción.

“La rosca tiene un contexto y una historia y hoy por hoy, ya se juega mucho también con el tema de los muñequitos a la hora que salen, hay una dinámica de hecho que salen tamales, atolitos para que cuando te vaya saliendo, sepas qué es lo que te va a tocando, pero bueno; rompe mucho el esquema de lo que es”.

El inició de las roscas de reyes, viene del siglo III durante las fiestas en honor al dios Saturno, después del solsticio de invierno, se partían panes redondos realizados con higos, dátiles y miel.

Esta tradición se lleva a cabo en México desde el siglo XVI, en dónde la rosca se adorna con higos, ate y acitrón, además de que sustituye el haba por la figura de un niño.

Los años han pasado y en la actualidad, los sabores y los gustos son diversos; Sin embargo, algunos ingredientes han sido sustituidos, cómo el caso del acitrón.

“Mucho tiene que ver los ingredientes con lo que está hecho la rosca tradicional y la gourmet, hoy por hoy, se ha diversificado mucho el tema de los sabores, rellenos de la rosca, sobre todo con esta cuestión de qué la cita hoy por hoy está en peligro de extinción, entonces se han buscado otras formas de hacer como rellenas de brownie, de crema sinfín de rellenos, igual el decorado”, aseguró Miriam Durán.
Actualmente la variedad de las roscas de reyes es diversa, incluso se han encontrado más de 20 rellenos que van desde la crema pastelera, nata, chocolate, queso con zarzamora, entre muchos sabores más.

Recuerde que la tradición dicta que quien encuentre la figurita del Niño Dios, será su padrino, lo vestirá y llevará a misa el 2 de febrero, Día de la Candelaria; además, le toca preparar los tamales y atole para los invitados, una tradición que perdura con el paso de los años.